Siente la competición al volante de grandes coches
Shift 2 Unleashed es mucho más de lo que se esperaba de él. EA ha querido ir más allá y ha hecho algo inaudito en un juego de conducción: meter al jugador directamente en el casco de un piloto, consiguiendo que sienta las mismas sensaciones que tendría sobre la pista. Aunque no todo es bueno, esta intensidad tiene un precio que se traduce en una curva de aprendizaje y dificultad muy elevadas.
Nada más arrancar Shift 2 Unleashed hay que superar dos pruebas de conducción. En éstas no llevarás un coche fácil de controlar, sino todo un Nissan GTR. ¿Para qué sirven estas dos pruebas? Básicamente para medir tu habilidad de conducción en el juego. Con estas dos tests se determina tu destreza al volante, se personalizan las diferentes ayudas de Shift 2 Unleashed y la dificultad de la IA.
Los mayores cambios que vamos a ver son en el modo historia y en el modo online. El modo historia de Shift 2 Unleashed no es muy diferente al del primer juego, pero sí se ha delimitado bastante mejor. Ya no tenemos 50 niveles, apenas llegan a 20 y esto no significa que el juego sea más corto, sino que simplemente se ha creado un modo carrera en que cada fase cuesta mucho esfuerzo superar. Además, Shift 2 Unleashed elimina las características del primer Need for Speed Shift que diferenciaban entre piloto agresivo y piloto preciso. No es que no podamos hacer estas acciones, simplemente se han integrado dentro de la conducción de una forma más natural.
Por otro lado está el online, que como he dicho es el que más cambios sufre. Al igual que Need for Speed: Hot Pursuit se ha introducido Autolog que le da una nueva dimensión a la jugabilidad en línea. Como en Hot Pursuit, no sólo se pueden jugar intensas carreras online, sino que también está el “muro”. Como si de Facebook se tratase, en ese muro se escriben automáticamente los tiempos de las carreras competidas y son visibles para todos nuestros amigos que también tienen el juego.
Shift 2 Unleashed no es un arcade, sino un simulador que llega hasta un punto que pocos juegos de conducción han llegado.
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